La semana pasada asistí
sin previa planificación a una serie de actividades culturales que resultaron ser
extremadamente interesantes. Tanto, que les voy a dedicar este espacio en mi
blog.
En primer lugar, tuve
la suerte de presenciar un par de charlas de dos figuras esenciales para la
comprensión del panorama cinematográfico español en la actualidad. Suelo
encontrar de gran interés este tipo de conferencias, principalmente porque
implican una explicación detallada de las vicisitudes del ámbito al que quiero
enfocar mi vida profesional.
La primera conferencia
fue en la Universidad Carlos III de Madrid, que tuvo el privilegio de recibir
al productor de cine Nicolás Matji, principal causante del apabullante éxito de
la película de animación “Las aventuras de Tadeo Jones” el pasado año 2012. Si
bien la conferencia no recibió una participación excesiva por parte de los
oyentes, fue absolutamente fascinante.
Cabe destacar la
amabilidad y normalidad con la que Matji trató al público desde el primer
momento, invitándole a tomar parte activa en el viaje de doce años que supuso
la producción de la película. A través de un lenguaje amigable y coloquial nos
permitió adentrarnos en las dificultades técnicas y económicas con las que se
encontró el equipo de realización del filme así como de la importancia que tiene
la suerte en la industria cinematográfica.
Matji comenzó su
explicación hablando de los sueños, y de la importancia de perseguirlos sin
rendirse o dejarse caer en la desesperación. Sus inicios en la industria
tuvieron como motivo principal la voluntad de adaptación de los famosos tebeos
de Superlópez. La persistencia en esa
voluntad le llevó a la elaboración junto a varios amigos de un simpático
personajillo que, eventualmente, se convertiría en Tadeo Jones. El cortometraje
original (2004) ganó un Goya y fue preseleccionado a los Oscar, hecho causante
de la idea de convertir a Tadeo en el protagonista de una superproducción en
formato estereoscópico. Las cifras del largometraje son impresionantes, tanto
las del presupuesto como las de la recaudación. La consecución de tales números
por parte de una película con pretensiones ciertamente moderadas supone un
importante influjo de esperanza en el futuro del cine patrio, así como en la
mente de cientos de estudiantes capaces de arriesgarse por la causa, como una
vez hizo el señor Matji.
Tanto la segunda conferencia
como la exposición de la que hablaré más tarde tuvieron lugar en Soria, pequeña
ciudad en la que me crié y a la que suelo regresar de vez en cuando en busca de
cierto descanso que actúe como antídoto a mi ajetreada vida de Madrid. Por
descabellado que suene, su limitado tamaño y las desventajas que esto supone no
parecen tener ninguna repercusión en la vida cultural de la ciudad. Sin ir más
lejos, el fin de semana pasado el museo municipal recibió la visita del actual
presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de
España, Enrique González Macho.
El tono de la
conferencia fue esencialmente distinto a la anteriormente descrita,
predominando aquí la seriedad y latente tensión provocadas por la situación por
la que hoy en día pasa el cine español, tema que González Macho quiso tratar
desde un principio.
Al monólogo inicial en el
que el presidente dio numerosos detalles de su experiencia en la materia, así
como un breve recorrido biográfico que permitió la inclusión de cierto número
de anécdotas, le siguió una ronda de preguntas por parte de la audiencia.
En las dos horas de
charla, González Macho destacó la importancia de la cultura en un país que
tiene todas las dificultades posibles para el acceso a la misma. Mencionó su
postura con respecto al asunto de la piratería, así como con respecto a
Internet, “dos cosas totalmente distintas”, recalcó en varias ocasiones (no hay
que olvidar que González Macho es propietario de la página web de descargas
legales Filmin). Ante la preocupación
por parte del público sobre el excesivo precio de las entradas, el presidente
recordó a los presentes la gran acogida de la llamada Fiesta del cine, que lleva a cientos de espectadores a las salas,
así como el espectacular éxito que está teniendo actualmente la simpática
comedia 8 apellidos vascos.
González Macho concluyó
esta charla-coloquio animando a los presentes a creer en la cultura de nuestro
país pese a los obstáculos que el gobierno deposite en nuestro camino. Un
discurso profesional y serio, pero no exento de emoción y motivación.
La última actividad
cultural que presencié fue una exposición localizada en la Biblioteca Pública
de Soria: “Juan Antonio Gaya Nuño 1913/1976: historia del cautivo”.
En nueve amplios
paneles, la exposición rinde homenaje a este importante escritor y crítico de
arte nacido en la provincia. En dichos paneles se reconstruye la vida de Juan
Antonio Gaya Nuño, desde su niñez en Tardelcuende (Soria) hasta su muerte en
Madrid en 1976, y se analiza su obra literaria y su ingente producción de
crítica e historia del arte.
Los tres primeros
paneles llevan por título frases del propio Gaya: “Aquella mañana fría de
Tardelcuende” sobre sus primeros años en el pueblo soriano; “La guerra por
antonomasia, la nuestra, la de 1936/1939”” y “Los días del desprecio” sobre el
final de la guerra. En el panel 4 con el título “Exilio interior” se hace
referencia a las dificultades por las que pasó Gaya para abrirse camino y
ganarse la vida en los años posteriores a la guerra. Los paneles 5, 6, 7 y 8
están dedicados a su obra literaria: “El santero de San Saturio”, “Tratado de
Mendicidad”, “Historia del cautivo” –probablemente su mejor novela y una de las
mejores novelas sobre la guerra de Marruecos- y “Los gatos salvajes” –un libro
de cuentos sobre la guerra y la posguerra. El último panel, el 9, se refiere
exclusivamente a su faceta como “Historiador y crítico de arte”. “Yo mismo me
asusto de las muchísimas páginas con las
que he afligido a editoriales y revistas” –decía el propio Gaya respecto a su
abundante producción como crítico de arte. Y es que escribió 624 registros
entre reseñas, artículos, prólogos, etc.; de ellos 60 fueron libros.
La exposición se
completa con una amplia selección bibliográfica de obras del autor.
Quedé profundamente
impactado por esta interesante exposición sobre un grandísimo y, habitualmente,
desconocido escritor. Después de este breve recorrido por su vida, he podido
leer alguno de sus escritos que recomiendo encarecidamente a todo aquél que
sepa disfrutar del placer de la lectura.

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